Estética dental

Tratamientos
Blanqueamientos dentales

A pesar de denominarse así no podemos hablar de un “blanqueamiento” en sentido estricto, sino aclarar ya que no se altera el color propio del diente.

El color de un diente viene determinado, desde que nacemos, por la tonalidad de la dentina y por la transparencia y capacidad de refracción de la luz del el esmalte. El color de la dentina no se altera con el paso del tiempo, sin embargo, el esmalte se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, los pintalabios, el café, el té, el tomate, pigmentos químicos, bebidas de cola, uso de determinados medicamentos, etc.

En consecuencia, el blanqueamiento dental consiste en eliminar del esmalte, por medio de sustancias químicas, todas aquellas partículas que alteran su color original.

La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes que han sido oscurecidos a lo largo de los años por sustancias colorantes. El tratamiento resulta menos eficaz, e incluso inútil, en dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, alteraciones congénitas de esmalte, etc.

En cuanto a la duración del efecto blanqueador, depende en gran medida del tipo de alimentación que siga el paciente tras el tratamiento. Así, en una persona fumadora, que bebe vino y toma café regularmente, el efecto del blanqueamiento se perderá con más rapidez.

El color de un diente viene determinado, desde que nacemos, por la tonalidad de la dentina y por la transparencia y capacidad de refracción de la luz del el esmalte. El color de la dentina no se altera con el paso del tiempo, sin embargo, el esmalte se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, los pintalabios, el café, el té, el tomate, pigmentos químicos, bebidas de cola, uso de determinados medicamentos, etc.En consecuencia, el blanqueamiento dental consiste en eliminar del esmalte, por medio de sustancias químicas, todas aquellas partículas que alteran su color original.La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes que han sido oscurecidos a lo largo de los años por sustancias colorantes. El tratamiento resulta menos eficaz, e incluso inútil, en dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, alteraciones congénitas de esmalte, etc.En cuanto a la duración del efecto blanqueador, depende en gran medida del tipo de alimentación que siga el paciente tras el tratamiento. Así, en una persona fumadora, que bebe vino y toma café regularmente, el efecto del blanqueamiento se perderá con más rapidez.
Carillas de cerámicas

Se trata de finas láminas de porcelana que se colocan cubriendo toda la superficie anterior de los dientes. No se desgastan con el tiempo, no pierden el brillo y mantienen intacto su color. Se unen fuertemente al diente por medio de un adhesivo especial.

Se emplean fundamentalmente para enmascarar anomalías del color de los dientes que no pueden tratarse mediante el blanqueamiento convencional. También se emplean para disimular alteraciones en el tamaño o forma dentales, dando al diente un aspecto más natural.

Carillas de resina

Las resinas de última generación suponen un gran avance ya que cada día mejoran sus propiedades mecánicas y estéticas. Se realizan con el material con el que se hacen los empastes pero optimizadas con el fin de conseguir una estética superior. Tienen la ventaja de ser más económicas, conservar íntegro el esmalte y realizarse en una sola sesión.

En ocasiones, cuando el paciente sufre un impacto fuerte en la boca o muerde algo duro, una carilla puede fracturarse o descementarse. En caso de descementación, si la carilla está intacta, se vuelve a adherir. Si se ha roto, sencillamente se vuelve a hacer otra en pocos días. Mientras se confecciona la nueva carilla, se coloca otra carilla provisional de composite.